lunes, 10 de marzo de 2014



Sigo sin ver absolutamente nada. La oscuridad, que rodea mi cuarto, es tan tangible como infinita.
Me sumerjo una vez más en las aguas profundas de Lovecraft. Y recuerdo.
Te recuerdo.
Pagina tras paginas, mis ojos bailan con la tinta del amarillento libro.
Monstruos endemoniados y Ángeles perversos caminan por mi mente.
Suelto un suspiro.
¿Dónde estarás mañana.?
¿Con quien?.
Me éxito al recordar.
Luego vuelo a las paginas dobladas.
Intento atravesar el desierto de mis sábanas heladas, y llegar hasta mi sexo.
Tal vez sea mejor que lo deje al azar. Y no hacerlo por necesidad.
Aun soy adolescente.
Cierro el libro, pero abro muchas puertas en mi cabeza.
Ya tengo que dejar de escribir.

Voy a necesitar las manos.


Marco Spaggiari

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