jueves, 13 de marzo de 2014

Sin título

Marco Spaggiari


El negro se paro frente a mi, y con sus ojos amarillentos me invitó a recostarme. 
La copa de vino, aun seguía intacta.
Estremecido por el infinito blanco de la habitación, me acuesto sobre el piso.
De ahí en más. Todo sigue siendo igual.

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